El origen del ser humano fue la misericordia de Dios con él, y no el pecado. Así es como lo entendemos desde el Corán.
El Glorioso Corán está lleno de buenas nuevas con las que Dios alivia las almas afligidas y atribuladas, y nutre los corazones de los creyentes con la esperanza la guía y la luz. En uno de estos versículos, Allah dice:
Dijimos: Descended todos de aquí; y si os llega de Mí una guía, los que la sigan no tendrán nada que temer ni se entristecerán.
Corán, 2:38
Según los eruditos de tafsir (exégetas coránicos), este versículo explica lo que sucedió con el hombre después de su primera desviación de la guía: fue expulsado del Paraíso, una lugar de felicidad y comodidad, a la tierra, un lugar de holgazanería, penurias y esfuerzo.
Pero aún así, y a pesar de todo esto, el Creador, por Su misericordia, siempre abre Su puerta a la salvación para aquellos que deseen recorrer ese camino.
Y si os llega de Mí una guía, los que la sigan no tendrán nada que temer ni se entristecerán.
Más que una historia
Para mí, según mi humilde percepción, este glorioso versículo tiene una aplicación general y de amplio alcance. No es simplemente una narración de la historia del hombre en el Jardín del Edén durante la génesis de la vida y la creación.
Tiene como objetivo abrir nuestros corazones y educarnos sobre nuestra naturaleza como humanos. Hemos sido creado para ofrecer nuestra sumisión a la voluntad del Creador y obedecer sus órdenes.
El versículo también nos advierte que cada vez que permitimos que Satanás nos domine y nos desvía de ese camino, esto nos conducirá inevitablemente hacia la ira de Dios y la expulsión de Su misericordia y bendición, llevándonos a la degradación y cayendo al pozo más profundo del descontento y la falta de paz:
Dijimos: Descended todos de aquí…
Aún así, la Voluntad de Dios nunca es para hacernos sufrir, aunque nuestra implacable terquedad a menudo nos lleva a ese punto, como queda claro en otro versículos del Corán:
Allah quiere para vosotros lo fácil y no lo difícil.
Corán, 2:185
Una misericordia que lo abarca todo
De acuerdo con esto, Allah siempre acude a nuestro rescate, derramando sobre nosotros Su bendición y dirigiéndonos de regreso a la raíz, a la base de nuestra existencia, cuando Él nos creó por primera vez y nos colocó en el Jardín del Edén: la misericordia.
Sí, la existencia del hombre en la tierra se basa en la misericordia divina y la bendición de Dios, y esa es la fuente de su guía. No podemos obtener guía si no es por la misericordia de Dios.
Pero, ¿significa esto que el origen de la creación del hombre está marcada por el pecado?
Creo que la respuesta es no. La primera desobediencia del hombre y la expulsión del cielo no hace que el origen del hombre sea pecaminoso; sino que es una desviación de la guía. La guía y estar en el Jardín es un producto de la misericordia divina otorgada al hombre, incluso antes de su creación. El origen del hombre está basado en la misericordia, y solo después se desvía de la guía.
¿No podemos observar esto en las palabras de Dios a los ángeles cuando se refirió al hombre como su “representante en la tierra”? ¡Que honor!
Y más tarde, después de crear al hombre, lo bendijo con conocimiento, es decir, comprensión completa de muchas cosas. Esto elevó el rango de hombre, lo que le valió otro gran honor por el cual se postraron los ángeles ante él en un acto de respeto. Este es otro ejemplo de misericordia divina.
Luego fue puesto en el Jardín del Edén y se le brindó abundancia de dicha, comodidad y placer. ¿Fue esto por casualidad?
No, sino que es un producto y una señal de la misericordia y bendición de Dios. Nada en esta tierra es casualidad o coincidencia, ya que todo ha sido predestinado y es dirigido por Su Suprema Voluntad. Pero quiero enfatizar aquí que junto a esta Voluntad Suprema, la Divina Misericordia camina y se mueve a su lado.
No es el pecado original
Por lo que no se trata de un pecado original, con el que nos hemos esclavizado a los caprichos de Satanás y nos hemos vuelto aún más incapacitados por sus insinuaciones.
Sino que es la misericordia original la que el hombre ha olvidado por completo, entregándose así a lo que toma como su destino y señalando siempre, por ignorancia, al primer pecado y la desobediencia.
El hombre debe recordar siempre la “misericordia original” con la que inició su primera vida en el Jardín del Edén; todo estaba a su alcance; fue bendecido con todo, incluso antes de recibir la tarea de adorar.
Incluso tuvo el honor de estar por encima de los ángeles. A través de esto, el hombre siempre podrá levantarse después de caer, podrá adherirse a esa cuerda divina que lo conecta con su Creador.
Por eso es el hombre quien siempre huye de su Señor.
Sí, es el hombre, por su ingenuidad e ignorancia, quien elige caer en manos de Satanás, a pesar de una advertencia directa y clara de Su Señor, sometiéndose así al control del Diablo.
Por lo que en realidad huye de la bendición, a pesar de su abundancia y de los constantes llamamientos a quien desee recibir la señal.
Aprovecha la oportunidad
Alguna vez te has preguntado ¿amigo mío, cuántas veces has sido bendecido con esta oportunidad y la desperdiciaste?
¿No recuerdas esa mano amable que milagrosamente te rescató de la tumba de la deuda en la que te enterraste, debido a transacciones usureras, solo para que luego te volvieras contra esa mano y lucharas por cortarla?
¿Alguna vez te acuerdas de dedicar tan solo 5 minutos para decir “gracias a ti mi Dios”, después de despertarte cada mañana, sin saber dónde ha estado tu espíritu, a través de esa oscuridad de largos sueños y pesadillas?
Seguir el ejemplo de Adam (la paz sea con él)
Por lo que es el hombre quien está huyendo de la misericordia a pesar de estar a su disposición; si tan solo supiera esto… Y si realmente queremos ser liberados de la esclavitud diaria y el disgusto de la vida, necesitamos volver a Él, someternos a Su voluntad y seguir Su guía.
Esto es exactamente lo que hizo Adam (la paz y las bendiciones sean con él). Después de la desobediencia regresó a su Creador buscando Su misericordia. Pero lo que me sorprende mientras recito el Corán es que, incluso el esfuerzo de Adam por buscar el perdón provino de la fuente de la misericordia divina, fue a través de la guía de Dios, como dice el Corán:
Luego Adam, recibió palabras inspiradas por su Señor, que se volvió a él; es verdad que Él es el que se vuelve en favor de Sus siervos, el Compasivo.
Corán, 2:37
¡Contemplemos aquí el nivel de misericordia! En el momento en que Adam pensó en arrepentirse, se dirigió a su Señor de todo corazón, con pesar y remordimiento. Y en respuesta a esto, la misericordia divina descendió sobre él, guiándolo a ciertas palabras a través de las cuales Allah aceptaría su arrepentimiento, ¡subhanallah! Y así todos los Profetas siguieron los pasos de Adam, y deberíamos tratar de tomarlos como ejemplo:
Esos son a los que Allah ha guiado: ¡Déjate llevar por su guía!
Corán, 6:90
Este es un artículo del archivo de aboutislam.net, puedes leer la versión original en inglés aquí.
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