Sonreír no parece un acto particularmente complicado. Y el poder de una sonrisa es mucho más de lo que imaginas. Quizás por eso es Sunnah.
Sientes una emoción feliz, las comisuras de tu boca se levantan, tus mejillas se tensan y tus ojos se arrugan.
Fácil como es, sin embargo, la impresión general de una sonrisa le dice al mundo exterior que nos sentimos felices por dentro. Ese es el poder de una sonrisa.
Es simple y, en la mayoría de los casos, totalmente espontáneo. Y, de hecho, puede ser contagioso.
Piénsalo. No es de extrañar que en el Islam se preste mucha atención a cómo nosotros, como musulmanes, nos comportamos y presentamos nuestra religión y la forma más sencilla es sonreír.
De hecho, el Profeta Muhammad (la paz sea con él) fue el mejor ejemplo. Sonreía y hacía felices a los demás:
“Sonreír cuando te encuentras con tu hermano, es Sadaqa (caridad)”, decía a menudo a sus compañeros.
Abd Allah ibn Hariz narró:
Nunca he visto a nadie que tuviese más hábito de sonreír que el Mensajero.
At-Tirmidhi
Otro compañero transmitió:
Siempre que el Profeta me veía, después de haber abrazado el Islam, me recibía con una sonrisa. Nunca he visto a nadie que sonriera más que el Profeta.
Al-Bujari
Dada la naturaleza de nuestras vidas en estos días, sonreír puede parecer algo bastante difícil. Sin embargo, la sonrisa es considerada en todas las culturas como un signo de amistad y es una respuesta natural para compartir nuestra felicidad con los demás. No debemos menospreciar el poder de una sonrisa.
El lado saludable de una sonrisa
Diferentes investigaciones han mostrado el poder de una sonrisa para la salud: reduce la frecuencia cardíaca y reduce temporalmente la presión arterial reduciendo el estrés.
La risa y la sonrisa son ayudas útiles en el cuidado de la salud. Sonreír estimula el sistema inmunológico al relajar el cuerpo y permite que el sistema inmunológico reaccione más rápida y eficazmente a los invasores. Además, se ha demostrado que aumenta la productividad y, ¡nos hace parecer más jóvenes!
Enseña el arte de sonreír
Es triste que algunos de nuestros eruditos hayan sido descritos como hombres enojados y serios que dan lecciones y fruncen el ceño, cuando el Islam anima explícitamente a la amistad, la paz, la serenidad y la bondad.
Cuando era pequeña, recuerdo que teníamos un maestro que fruncía mucho el ceño en la mezquita y que siempre expresaba su enojo con los padres que llevaban sus hijos a la oración. Con 8 años me sentí muy contenta cuando lo transfirieron de regreso a su país (sí, sonreí) y mi difunto padre asumió la responsabilidad.
Animaba a los padres de que llevaran a sus hijos a la mezquita y les daba un lugar para que los más pequeños hicieran también la oración, haciéndolos sentir especiales. Les preparaba una versión más pequeña del lugar donde se ponían el imán y decoraba su espacio de oración con carteles que los animaban a mantener el lugar limpio.
A mi me encantaban las visitas a la mezquita cuando era pequeña y mis hijos también disfrutaron de sus visitas. Mi esposo animaba a nuestros hijos, tanto niños como niñas, a hacer lo mismo que la gente “grande”, y sí, a sonreir entre oraciones.
Mi hija, ahora madre, recuerda cómo su padre le sonreía en lugar de reprenderla cuando se cansaba de hacer la oración de y se ponía a hacer el pino o correr. No hace falta decir que se sentaba en la última fila.
Sonreír nos obliga a eliminar cualquier enojo o aspereza de nuestro corazón, como dice Allah en el Corán:
Si hubieras sido áspero, de corazón duro, se habrían alejado de tu alrededor.
Corán, 3:159
Una Sunnah y una forma de vida
¿Cuántos de nosotros no hemos caminado por la calle, hemos visto a alguien sonreír y hemos devuelto la sonrisa pensando que era para nosotros? Vergonzoso, sí, pero yo, por mi parte, sigo sonriendo después de darme cuenta de que la sonrisa inicial no era para mí y en el proceso, se crean personas sonrientes más felices.
Sonreír es contagioso. Por lo que, a medida que obtienes los beneficios del poder de una sonrisa, los estás difundiendo entre todos aquellos que te ven sonreír y te devuelven la sonrisa. Recuerda, una sonrisa transmite confianza y profesionalidad.
¿Alguna vez la gente te han dicho “sonríe, te sentirás mejor”?
Si eres como la mayoría de los adolescentes, es posible que lo escuches mucho y te moleste cada vez que lo escuchas. (Decirle a un adolescente que sonría es probablemente una de las mejores formas de asegurarse de que no lo haga durante las siguiente horas). Pero la idea de que sonreír te hará sentir mejor ha sido confirmada por la investigación.
Hay varios estudios que demuestran que las personas son más felices cuando sonríen. No es de extrañar entonces que el Islam se centre en ello y dé importancia al poder de una sonrisa. Nuestra hermosa religión enseña que una sonrisa es un mensaje sobre nosotros mismos como musulmanes; que nuestro corazón es puro y que no estamos contaminados por ansiedades, complejos y tristeza.
Una sonrisa es un mensaje instantáneo para aquellos que conocemos tanto como para aquellos que no conocemos. Se recibe y se comprende incluso antes de hablar o saludar a alguien; y hace que esa persona sea más receptiva a lo que tenemos que decir.
Dicho esto, debemos ser conscientes, antes de que salgamos con renovado vigor para sonreír y reír con amigos y familiares, que hay algunos pequeños puntos que recordar.
El Islam es el camino del medio, tenemos una religión que debería ser conocida por su moderación; por lo tanto, reír y bromear sin descanso tampoco es la mejor manera de comportarse.
Recordemos que, aunque el Profeta Muhammad reía y bromeaba con su familia y compañeros, siempre se comportó con sensatez y con buenos principios morales. Nunca bromeaba de una manera que hiriera los sentimientos de alguien; nunca bromeaba ni hacía sonreír a la gente sobre cosas que no eran ciertas. De hecho, se le escuchó decir:
¡Ay del que habla y miente para hacer reír a la gente! ¡Ay de él, ay de él!
At-Tirmidhi
Hemos de tener en cuenta que para que algo sea gracioso o nos haga sonreír no puede ser cruel, hiriente o condescendiente. Después de todo, el Profeta Muhammad nos enseñó que la sonrisa es un regalo de alegría; un regalo emocional, no material, un regalo cuya sustancia es recibida por el corazón.
Nos enseñó a tener una sonrisa en cada ocasión en la que una sonrisa puede traer alegría, mejorar el estado de ánimo o reducir el estrés que sienten las personas. Nos enseñó el poder de una sonrisa.
Entonces, ¿qué tal si nos relajamos y sonreímos?
Tu sonrisa puede valer mucho más de lo que piensas.
Este es un artículo del archivo de aboutislam.net, puedes leer la versión original en inglés aquí.
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